Cuscús rosa con espinacas y almendras

Cous cous de sémola de trigo

Hacía mucho que no utilizaba el cuscús para un plato principal como el de hoy. Estuve a punto de hacer una fideuá de espinacas pero luego vi la cajita del cuscús en el armario de la cocina, aún sin estrenar, y me animé con él, porque disponía de muy poco tiempo para cocinar y quería algo rápido.

La combinación de espinacas con ajo y albahaca es algo que me encanta desde hace muchos muuuuchos años, que se lo vi a Karlos Argiñano en la tele con la receta de un arroz, en plan risotto. La he probado ya, además de con arroz, con pasta, con muchos tipos de cereales, incluso en modo pizza y siempre está buena, así que con el cuscús no podía fallar. Es un conjunto de sabores suaves porque la clave de la intensidad la tiene el ajo y yo aquí echo poquito pero si lo queréis intenso ya sabéis ;)

El color rosa es cosa de la remolacha. Me fascina cómo puede tener esa intensidad...

Ingredientes: (3 raciones)

300 grs de espinacas frescas o 1 bloque de las congeladas

2 dientes de ajo

2 cucharadas de almendras crudas

1 cucharada de albahaca seca

300 grs de cuscús (un vaso y medio tamaño de agua más o menos)

6 dátiles o dos cucharadas de pasas

media remolacha de tamaño pequeño

sal

2 cucharadas de aceite de oliva

Preparación:

Antes de nada ponemos los dátiles o pasas a remojo en agua templada. 

En una cazuela echamos el aceite y tostamos las almendras picadas en trozos grandes y los ajos en rodajitas finas con un poco de sal.

Cuando estén dorados añadimos las espinacas lavadas y escurridas.

Cuando reduzcan su tamaño, unos 3 minutos, sazonamos con la albahaca.

Echamos 2 vasos de agua y llevamos a hervir.

Mientras, rallamos la remolacha lo más fino posible.

Cuando el agua haya hervido apartamos del fuego la cazuela, rectificamos de sal y echamos la remolacha rallada, removemos, y añadimos el cuscús.

Tapamos la cazuela y lo dejamos a reposo para que se hinche.

Para servir, en un tazón grande puse el cuscús y, para que no se pegase, previamente unté un poquitín de aceite con la brocha de silicona por toda la superficie.

Lo desmoldé en un plato y al lado puse los dátiles cortados en rodajitas. Los sirvo a parte porque si los hubiera mezclado con lo demás en la cazuela se hubieran deshecho enseguida por el calor y la humedad. Si hubiesen sido pasas sí podría haberlas mezclado porque la piel las protege y no se deshacen.

Que disfrutéis de esta mezcla de sabores árabes e italianos!